Actualmente, 1 de cada 4 personas padece una enfermedad sistémica. ¿Y qué es esta patología? Se le conoce también por el término de enfermedad autoinmune sistémica, la cual reúne diversas características. Esto y otros aspectos de interés te contaremos a lo largo de este post. ¿Te gustaría formarte profesionalmente en este ámbito de la salud? Entonces, quédate para obtener más información sobre la maestría en nefrología, una formación dedicada a la especialidad médica que se encarga de explicar la influencia de las enfermedades sistémicas con los riñones.
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¿Qué es una enfermedad sistémica?
Las enfermedades autoinmunes sistémicas destacan por ser un grupo diverso de enfermedades que tienen algo en común: tienen como consecuencia la producción de anticuerpos por el propio organismo que actúan erróneamente contra tejidos y células sanas. Por lo tanto, una enfermedad sistémica se considera como un fallo en el sistema inmune que afecta a todo el cuerpo.
Para comprenderlo mejor, podemos resumirlo de la siguiente manera: una persona genera anticuerpos que no son necesarios y que se centran en dañar las células y tejidos, mientras que no protege las agresiones externas. Asimismo, es importante tener en cuenta que cualquier tejido u órgano puede verse afectado por las EAS, siendo probable que afecten de forma múltiple y simultánea, de ahí que se denomine enfermedad sistémica.
¿Cómo saber si tengo una enfermedad sistémica?
Según las investigaciones y la experiencia obtenida a lo largo de los años, es muy importante la detección precoz de las enfermedades autoinmunes sistémicas, ya que de esta forma se puede evitar un daño permanente que derive a otros órganos. ¿Y cómo se pueden detectar estas patologías? Una exploración ocular con un profesional de oftalmología puede ser la clave para el diagnóstico de una enfermedad sistémica.
¿Cómo es esto posible? El ojo se compone por una gran diversidad de tipos de tejido. Esta característica consigue que el ojo sea susceptible a muchas enfermedades y proporciona información relevante sobre muchos sistemas del cuerpo. Por ejemplo, los signos de que existe una enfermedad sistémica puede resultar evidente en la zona externa del ojo, como el párpado y la córnea, pero también en el medio del ojo y en la zona posterior.
Tipos de enfermedades autoinmunes sistémicas
Ahora que ya sabemos qué es y cómo se puede detectar una enfermedad sistémica, vamos a pasar a descubrir los principales tipos de enfermedades autoinmunes sistémicas que se pueden detectar con las alteraciones oculares. Algunas de las más importantes y frecuentes son las siguientes.
Enfermedades infecciosas
Se trata de una patología en la que se generan infecciones generalizadas y que puede llegar a afectar al ojo. Así pues, las más habituales se relacionan con el conocido herpes, mientras que otras pueden producirse en una infección parasitaria. También hay otras menos habituales: la tuberculosis y la sífilis.
Enfermedades del sistema endocrino
La diabetes puede ser diagnosticada mediante un examen de la retina, ya que hay anomalías oculares que son típicas de esta patología. De hecho, la retinopatía diabética es una de las enfermedades que más se producen en relación a los problemas endocrinos. Esto se debe a los daños oculares que produce la diabetes en el tejido de la retina y en los vasos sanguíneos.
Enfermedades neurológicas
Es evidente que el cerebro y los ojos están relacionados, principalmente como consecuencia de la proximidad de estructuras visuales con el tejido cerebral. Por ejemplo, hay enfermedades cerebrovasculares que pueden generar problemas oculares. Por ello, a nivel ocular es posible comenzar a sospechar de su existencia con síntomas como: el estrabismo, la pérdida de visión, la visión doble, la caída del párpado o la pérdida de campo de visión.
Otras enfermedades sistémicas
Aunque muchas pueden detectarse a través de un examen ocular, no todas afectan a esa zona. Por consiguiente, vamos a descubrir otras enfermedades sistémicas que afectan a la población:
- Lupus eritematoso sistémico: es un trastorno de la tiroides que se da con mayor frecuencia en las mujeres.
- Púrpura de Schönlein-Henoch: inflamación de pequeños vasos sanguíneos de los riñones, la piel y los intestinos.
- Artritis reumatoide: se trata de una enfermedad inflamatoria que afecta en mayor magnitud a las articulaciones.
- Polimiositis y dermatomiositis: dos enfermedades inflamatorias que generan hinchazón, sensibilidad, debilidad muscular y daño de los tejidos.
- Sarcoidosis: patología que se conoce por el crecimiento de pequeños grupos de células inflamatorias en cualquier zona del cuerpo.
- Síndrome de Sjögren: en este caso, estamos ante una patología que destruye las glándulas encargadas de producir lágrimas y saliva.
¿Cómo prevenir las enfermedades sistémicas?
Existen factores de riesgo que deben evitarse para prevenir que se produzca una enfermedad autoinmune sistémica. Los hábitos saludables se recomiendan a todas las personas, pero toman mayor importancia cuando nos referimos a la aparición de estas patologías. Algunos de ellos son:
- Evitar el tabaco: fumar provoca que los vasos sanguíneos se inflamen y la sangre no circule adecuadamente.
- Mantener una dieta nutritiva: es importante nutrirse correctamente para conservar un sistema inmunológico saludable.
- Hacer deporte: una vida sedentaria puede aumentar el riesgo de enfermedad sistémica.
- Buena salud bucal: la salud comienza por la boca, por lo que su cuidado es esencial para mantener el organismo saludable.
¿Dónde aprender sobre la enfermedad sistémica?
Como ya comentamos con anterioridad, nuestra especialización en nefrología cuenta con formación sobre la anatomía, la fisiología y las alteraciones renales secundarias a enfermedades sistémicas, hepáticas e infecciosas. Así pues, mediante esta especialización se puede aprender sobre las competencias profesionales necesarias para profundizar en los conocimientos que se necesitan en este ámbito. A través de su temario se conocen los métodos de exploración, las alteraciones en el equilibrio ácido e hidroeléctrico, los trastornos del aparato urinario, las enfermedades vasculares, las enfermedades infecciosas, entre otros conceptos de gran interés.
Además, es fundamental tener en cuenta que, durante tu recorrido por la formación, tendrás la facilidad de estudiar con la modalidad online. Por lo tanto, todos los materiales de estudio los podrás encontrar en el campus virtual de la Escuela Clínica y de Ciencias de la salud. Esto te da la libertad de estudiar desde el lugar que prefieras, a la hora que necesites y con la seguridad de disponer de un servicio de tutorías para resolver tus dudas.