Llamamos enfermedades virales a todas aquellas que se producen por la infección de un virus. Estos parásitos intracelulares necesitan permanecer dentro de la célula para causar enfermedades y las afecciones que ocasionan pueden llegar a ser especialmente graves. Veamos con mayor detalles qué son, cuáles son las enfermedades virales más comunes en nuestro medio y el tratamiento más efectivo.
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Índice de contenidos
¿Qué son las enfermedades virales?
Los virus están ampliamente distribuidos en el ambiente, por lo que contraer enfermedades virales es algo habitual para nuestra especie. Sin embargo, gracias a los tratamientos y avances médicos como las vacunas, su prevalencia se ha visto drásticamente reducida.
Estas infecciones se transmiten por medio de la inhalación de partículas que quedan suspendidas en el aire al toser, estornudas o hablar. También pueden transmitirse por el consumo de agua o alimentos contaminados, con contacto con superficies infectadas, por mantener relaciones sexuales sin protección o mediante la picadura de algunos insectos, por ejemplo.
Existen cerca de 219 especies de virus que pueden infectar a los humanos. Cada año, además, se descubren entre 3 y 4 especies nuevas. Sin embargo, a medida que nuevos agentes víricos se descubren y otros mutan, nuestro sistema inmunitario se adapta para combatirlos y la biotecnología desarrolla productos farmacéuticos capaces de hacerles frente.
¿Cuáles son las enfermedades virales?
Las enfermedades virales más comunes en nuestro medio incluyen las siguientes infecciones, cuya prevalencia se ha visto reducida con los años gracias a los avances de la medicina y el desarrollo de vacunas efectivas. Veamos cuáles son las enfermedades virales:
Resfriado común
Es una infección de las vías respiratorias altas causada por rinovirus y parainfluenza en el 20% de los casos, aunque hay más de 200 cepas de agentes víricos que pueden causar síntomas compatibles con el catarro. Se calcula que un adulto se infecta entre 2 a 6 veces al año, mientras que un niño lo hace de 6 a 10.
Los picos epidemiológicos de esta enfermedad se encuentran en los meses de invierno y otoño, aunque no tienen tanto qué ver con el frío que con cómo nos comportamos. En estos meses, al haber un clima más hostil que el resto del año, tendemos a encerrarnos en casa, a no ventilar adecuadamente y, en definitiva, convivir en espacios cerrados que hace más probable la transmisión de virus.
Gripe
Gripe y resfriado no son lo mismo. El catarro está causado por muchos agentes, mientras que cuando nos referimos a la gripe, esta está causada por dos virus: influenzavirus A o influenzavirus B. Los síntomas son distintos y ligeramente más incapacitantes que en el caso de un resfriado, especialmente si consideramos la presencia de fiebre y una mayor indisposición.
En la actualidad, las epidemias de gripe que se producen cada año afectan al 20% de la población, siendo una de las enfermedades virales más prevalentes y causando, todavía hoy, 518.000 muertes al año.
Infección por VIH
Más de 80 millones de personas se han visto afectadas por esta infección de transmisión sexual (ITS) desde que se descubrió, y la mitad de ellas han muerto por complicaciones derivadas. Se trata de un virus muy particular desde el punto de vista científico. Se reproduce dentro de linfocitos del sistema inmunitario y los destruye en el proceso, por lo que, si no hay tratamiento, puede causar una inmunodepresión grave.
Esta infección se divide en 3 fases:
- Aguda.
- Crónica.
- Síndrome de inmunodeficiencias adquirida (SIDA).
Sarampión
El sarampión es una enfermedad vírica que se transmite mediante el contacto directo y el aire y ha causado, en su etapa pandémica, más de 200 millones de muertes. Uno de los peligros más destacados de esta enfermedad es que es muy fácil de transmitir, ya que alguien enfermo puede infectar entre 12 y 18 personas.
Hoy en día, afortunadamente, existe una vacuna que protege simultáneamente frente al sarampión, las paperas y la rubeola y previene la enfermedad en más del 97% de los casos.
Ébola
El ébola es una infección muy grave con una tasa de mortalidad que va desde el 50 hasta el 90% de los casos. En sus fases iniciales, presenta fiebre, dolores de cabeza, malestar articular y más, pero, posteriormente, evoluciona hasta una fase hemorrágica. En esta fase se produce sangrado por la boca y el recto, por los ojos, los oídos y la nariz, y puede ocasionar insuficiencia orgánica grave.
Aprende más con este blog sobre las partes del sistema inmunitario.
Hepatitis B
Esta enfermedad recibe el nombre del virus que la ocasiona y en la mayoría de los casos tiene un cuadro de corta duración, menos de 6 meses. Cerca del 2 y el 6% de los adultos desarrollan una variante crónica que es más grave, unas cifras que varían en el caso de los niños, que en el 90% de los casos terminan en un cuadro crónico.
En el caso de la hepatitis crónica, la infección permanece en el cuerpo porque el sistema inmunitario no puede combatirla. Entre los daños graves que puede provocar están la cirrosis hepática o el cáncer de hígado, y quiénes la sufren deben tomar fármacos de por vida para manejarla.
Fiebre amarilla
Es una causa importante de enfermedad hemorrágica en muchas regiones de África y América del Sur. Sus síntomas pueden comenzar con una fiebre leve y llegar hasta la hemorragia del hígado, con una tasa de mortalidad del 50%. Esta enfermedad se transmite a través de la picadura de mosquitos y existe una vacuna que protege a las personas en un 99% al mes de vacunarse y cuya inmunidad parece durar a lo largo de toda la vida.
Poliomielitis
La mayoría de las personas infectadas no desarrollan síntomas, pero 1 de cada 4 va a mostrar un cuadro clínico con sintomatología gripal: fiebre, dolor de garganta, cefaleas, náuseas y malestar estomacal. Una proporción menor puede desarrollar meningitis y parálisis.
Además, de cada 200 infecciones, en 1 se produce una parálisis irreversible, y entre el 5 y el 10% de personas que llegan a este punto fallecen a causa de la parálisis de la musculatura respiratoria. No obstante, la vacuna contra la poliomielitis ha reducido la incidencia de esta enfermedad en un 99% y en 2021 sólo se notificaron 6 casos en todo el mundo, en comparación con los 350.000 que había en 1988.
Covid-19
Esta enfermedad no necesita presentación. Con más de 670.000.000 casos confirmados y 7.000.000 muertes, este virus nos ha recordado que seguimos siendo animales en una lucha constante contra los virus y parásitos que nos rodean.
Uno de los mayores riesgos que plantea el covid-19 es la transmisibilidad, puesto que una persona infectada de la variante Omicrón BA.5 infecta aproximadamente a 18,6 personas hasta su recuperación. No obstante, cabe destacar que a medida que avanza la transmisión también se reduce su letalidad. Asimismo, las vacunas y los esfuerzos globales han conseguido reducir la pandemia y dejarla, casi, en un recuerdo.
¿Cómo tratar las enfermedades virales?
Las vacunas han permitido reducir y prácticamente eliminar virus que antes eran una condena casi segura para quién se infectaba. Gracias a ellas y a los avances en medicina, la prevalencia de la polio es de sólo 6 casos al año, se ha podido cronificar el VIH y contraer la gripe es más un dolor de cabeza que un riesgo de muerte para la mayoría de la población.
Por otro lado, los medicamentos que tratan las infecciones virales se denominan antivirales y su función es impedir que el virus se replique. También pueden impedir que entre en una célula o que salga de ella. Muchos medicamentos antivirales se elaboran con el objetivo de atacar al virus sin dañar a la célula huésped.
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