La biomecánica incluye los movimientos del cuerpo humano. Al conocer los componentes de la biomecánica es posible realizar y practicar un deporte con mayor precisión. Su capacidad e influencia en la práctica deportiva convierten esta disciplina en una de las más importantes para la rehabilitación y diseño de ejercicios en el deporte.
Índice de contenidos
¿Qué son los componentes de la biomecánica?
Podemos encontrar cinco componentes de la biomecánica que entran en juego en la realización de una acción corporal. Estos son:
- Movimiento. Es el desplazamiento de un cuerpo u objeto en el espacio. Para medirlo, se utilizan la velocidad y la aceleración, que son componentes importantes del movimiento.
- Fuerza. La fuerza es el empuje o la tracción que hacen que una persona o un objeto aceleren. También entra en juego en el momento de reducir la velocidad, detenerse o cambiar una dirección.
- Momento. El momento es el resultado de una masa y su velocidad en el desplazamiento.
- Palancas. Una palanca tiene tres componentes: el eje de rotación, el punto de apoyo y el brazo de resistencia. En este sentido, nuestras piernas y brazos funcionan como palancas.
- Equilibrio. Es la estabilidad, que se consigue al alinear el centro de gravedad del cuerpo sobre la base de apoyo. Para realizar ejercicio de manera segura, el equilibrio es fundamental y previene la aparición de lesiones.
Para aprovechar al máximo los componentes de la biomecánica y optimizar los resultados de un deporte, los atletas y entrenadores del más alto nivel trabajan sobre los músculos y sus capacidades. Veamos cómo.
Propiedades biomecánicas del músculo
Como ya te habrás imaginado, uno de los principales elementos de la biomecánica es el músculo. Gracias a él, podemos realizar una amplia variedad de movimientos y mejorar nuestra precisión, fuerza, equilibrio, velocidad…
Podemos distinguir entre cuatro propiedades biomecánicas del músculo:
- Excitabilidad. Es la capacidad que tiene un músculo para responder a los estímulos.
- Contractibilidad. Su capacidad de contracción. La contractibilidad es un elemento fundamental para el desarrollo de movimientos, lo que veremos más adelante.
- Extensibilidad. Se refiere a la capacidad de un músculo para estirarse sin romperse.
- Elasticidad. Es la capacidad que tiene para volver a su forma natural tras un movimiento.
Tipos de contracción muscular y ejemplos
La capacidad de contraerse de un músculo es un elemento indispensable para realizar movimientos, como comentábamos. Para realizarlo, es necesario contar con los distintos tipos de fibras musculares: las rápidas, las blancas o glucolíticas, las lentas, las rojas y oxidativas y las mixtas.
Además, hay que diferenciar entre los principales tipos de contracción muscular:
- Concéntrica. El músculo se acorta mientras genera fuerza. Un ejemplo de contracción concéntrica es la flexión de codo para levantar un peso.
- Isométrica. Ocurre al tensar un músculo sin cambiar su longitud. Un ejemplo de contracción isométrica es cuando estiramos el brazo para sujetar una puerta; se genera fuerza sin realizar movimiento.
- Excéntrica. Este tipo de contracción muscular se basa en alargar el músculo mientras está sujeto a tensión. Un ejemplo de ello sería el proceso de bajar una pesa tras un levantamiento.
- Auxotónica. Es una combinación de las anteriores. En este caso, el músculo se acorta o se alarga al mismo tiempo que se genera fuerza. Un ejemplo sería el trabajo muscular que implica vencer la resistencia progresiva de unas gomas elásticas.
- Isocinética. La contracción muscular isocinética supone contraer el músculo al máximo y a una velocidad constante.
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Elementos pasivos y activos del músculo
Los elementos pasivos y activos del músculo se refieren a los componentes que contribuyen a su función contráctil. Los primeros proporcionan estructura y soporte, mientras que los segundos son los responsables de generar fuerza. A continuación, te lo explicamos con mayor detalle.
Los elementos pasivos del músculo son principalmente el tejido conectivo, como el colágeno y la elastina, que forman la estructura del músculo y proporcionan soporte y elasticidad. Estos elementos no participan directamente a la hora de generar fuerza en la contracción muscular, pero siguen siendo esenciales para mantener la integridad estructural y transmitir fuerza.
Los elementos activos son las proteínas contráctiles, especialmente la actina y la miosina, que forman los filamentos delgados y gruesos del sarcómero. Durante la contracción muscular, estas proteínas interactúan entre sí a través de un proceso que se conoce como puente cruzado, el cual genera fuerza y produce acortamiento en el músculo.
Componentes de la biomecánica: el tendón
Igual que ocurre con los músculos, los tendones juegan un papel decisivo en la ejecución de movimientos. Conectan los músculos con los huesos y transmiten la fuerza generada por la contracción muscular con el objetivo de producir movimiento.
Podemos distinguir entre 6 propiedades biomecánicas del tendón:
- Elasticidad. Esta capacidad permite almacenar energía durante la contracción y liberarla gradualmente para suavizar los movimientos y reducir el impacto sobre las articulaciones.
- Rigidez. Se considera que los tendones son relativamente rígidos en comparación con los músculos. Esto facilita la eficiencia en la transmisión de fuerza y ayuda a estabilizar las articulaciones y proporcionar un movimiento preciso.
- Resistencia a la tracción. Los tendones pueden soportar grandes fuerzas de tensión sin romperse, lo que es crucial para resistir las fuerzas generadas en actividades físicas intensas.
- Viscoelasticidad. Esta propiedad hace que puedan cambiar con el tiempo y la velocidad de carga. Por ejemplo, bajo una carga repentina, pueden exhibir cierto grado de fluencia viscosa antes de alcanzar su punto elástico.
- Adaptabilidad. Se produce gracias a procesos de crecimiento y remodelación del tejido, cruciales para mejorar la resistencia y la fuerza del tendón en respuesta al entrenamiento.
- Distribución de la carga. Esta propiedad permite minimizar la concentración de estrés en áreas específicas y contribuye a reducir el riesgo de lesiones.
¿Cuáles son los movimientos del cuerpo humano?
Finalmente, debemos tener en cuenta cuáles son los distintos movimientos del cuerpo humano. Cada uno de ellos pone en marcha unos tejidos musculares u otros, y supone presión y desgaste si no se realizan correctamente. Veamos cuáles son los movimientos corporales:
- Flexión. Se basa en disminuir el ángulo entre dos partes del cuerpo, por lo que implica, generalmente, acercar dos segmentos corporales. Un ejemplo de flexión es el movimiento que se produce al llevar la mano hacia el hombro.
- Extensión. Aumenta el ángulo entre dos partes del cuerpo, como por ejemplo extender la rodilla al enderezar la pierna desde una posición doblada.
- Abducción. Aleja una extremidad del plano medio del cuerpo. Elevar el brazo hacia los lados, alejándolo del torso, es un ejemplo de abducción.
- Aducción. Por el contrario, la aducción consiste en acercar una extremidad al plano medio del cuerpo. Un ejemplo sería bajar el brazo a lo largo del cuerpo después de haberlo elevado lateralmente.
- Rotación. Consiste en girar una parte del cuerpo alrededor de su eje longitudinal. Por ejemplo, girar la cabeza de un lado a otro para mirar a los lados.
- Circunducción. Este es un movimiento complejo. Combina la flexión, la extensión, la abducción y la aducción en una secuencia circular. Si dibujamos un círculo en el aire con el brazo extendido, el hombro produce este tipo de movimiento.
- Inversión. Es un movimiento del pie que gira la planta hacia adentro, hacia el plano medio del cuerpo. Apuntar el pie hacia dentro, como al caminar en una cuerda floja, es el ejemplo más representativo.
- Eversión. Es el contrario a la inversión; gira la planta del pie hacia afuera, alejándola del plano medio del cuerpo.
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